En Santa Ana, en periferia de San José, los buses escasean, y los horarios muy aleatorios. Así que numerosas mujeres se quedan en casa porque les cuesta mucho mover o ir al centro.

Por eso, empezó un nuevo programa «Santa Ana en cleta», financiado por el Ayuntamiento, para desarrollar el uso de la bici para las mujeres. La mayoría de ellas no montaron en una bici desde su infancia y temen conducir en el centro. El programa, basado en el modelo estadounidense de la asociación Bike New York, propone ciclos de tres clases para aprender a montar en bici en la ciudad en toda seguridad. Permite a las mujeres que se emancipen, pudiendo moverse por si-mismas.

Fue un éxito, ya que, desde la primavera de 2018, unas 90 mujeres atendieron este ciclo de formación. El próximo objetivo es poner bicicletas a disposición en la ciudad porque numerosas mujeres no pueden pagarse una.  

Otras ciudades costarricenses piensan en impulsar tal programa, cuyo impacto superan las participantes. En efecto, al montar en bici, uno se da cuenta de la vulnerabilidad de los ciclistas, y las mujeres, vectores del cambio en las comunidades, pueden de verdad cambiar las mentes, y convertir su familia al uso de la bici.