El gobierno costarricense presentó esta semana su nuevo plan para “descarbonizar” al país. Quiere parar con cualquiera emisión de carbono para 2021, y volver a ser el primer país al 100% “verde” del mundo. Se eligió 2021 por la celebración del bicentenario de la independencia de Costa Rica.

Sin embargo, no quiere prohibir más los combustibles fósiles como en los países europeos que implementaron medidas restrictivas. En efecto, ya son muy altos los impuestos relacionados con las energías fósiles (unos 22%) en Costa Rico. El gobierno hoy intenta otra política, va a proponer a los ciudadanos alternativas “verdes” más ventajosas para ellos, esperando que cambien su modo de vida.

Ya está muy avanzado el país en cuanto a la producción de electricidad ya que consiguió vivir 300 días al año con electricidad únicamente procedente de fuentes renovables. Sin embargo, los coches son el próximo problema al que se ataca el gobierno ya que siguen utilizando vehículos a motor un 70% de los costarricenses. Quiere suprimir todos los impuestos relacionados con compró de un vehículo eléctrico para promocionar el paso al eléctrico. Por si fuera poco, se construirán estaciones de carga eléctrica por todas partes del país para facilitar a los usuarios. Por fin, se espere que los progresos tecnológicos permitan aumentar la capacidad de las baterías.

La pregunta es la siguiente: ¿puede ser suficiente esta política de promoción de lo verde para que un país entero cambie sus costumbres?